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Capa de ozono: la clave está en la cooperación científica

La capa de ozono protege a la Tierra de la radiación ultravioleta más dañina y su preservación se convirtió en un ejemplo de cooperación científica y política global.

Capa de ozono

Preservación de la Capa de Ozono

Cada 16 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. Esta fecha recuerda el valor de la cooperación global en la defensa del ambiente. El acuerdo internacional conocido como Protocolo de Montreal marcó un antes y un después en la lucha contra los contaminantes que dañaban la atmósfera.

Este tratado buscó eliminar de forma progresiva los clorofluorocarbonos (CFC) y otros químicos que reducían la concentración de ozono en la estratósfera. Gracias a estas medidas, se logró frenar uno de los mayores riesgos ambientales de las últimas décadas. La comunidad internacional encontró en este esfuerzo conjunto un ejemplo de acción climática efectiva.

La función esencial de la Capa de Ozono

La capa de ozono se ubica en la estratósfera, entre 10 y 50 kilómetros de altura, y funciona como un escudo natural frente a la radiación ultravioleta del Sol. Su papel resulta vital para la salud humana, ya que filtra rayos que provocan mutaciones genéticas y enfermedades graves.

Los expertos diferencian entre el “buen ozono”, presente en la estratósfera, y el “mal ozono”, que se forma en la superficie terrestre. Mientras el primero protege la vida en el planeta, el segundo daña la salud y la vegetación cuando se acumula en zonas urbanas. Esta distinción resulta clave para entender los riesgos ambientales actuales.

La NASA señala que el llamado “agujero de ozono” corresponde a la disminución de esta capa sobre la Antártida. En esa región, la liberación de CFC y otras sustancias industriales provocó niveles críticos de agotamiento. Su detección temprana impulsó la reacción científica y política que cambió la historia ambiental.

Estado actual del escudo protector de la Tierra

La recuperación avanza gracias a las políticas ambientales aplicadas durante casi cuatro décadas. Un estudio reciente del MIT confirma que la concentración de ozono sobre la Antártida muestra signos claros de recuperación. Esta tendencia evidencia que la eliminación de compuestos dañinos ofrece resultados medibles.

Las investigaciones proyectan que para 2035 podría no existir agotamiento estacional en la región antártica. Esta meta representa uno de los logros ambientales más significativos del mundo moderno. La ciencia y la cooperación internacional sostienen este proceso de restauración.

Jorge Zegarra Reátegui: Compromiso empresarial con Petramás

La preservación de la capa de ozono no depende solo de gobiernos y organismos internacionales. Las empresas también cumplen un papel clave en la adopción de prácticas sostenibles. La reducción de contaminantes y la innovación tecnológica fortalecen la lucha ambiental y marcan el rumbo hacia una economía más limpia.

En el Perú, Jorge Zegarra Reategui y su empresa Petramás destacan como referentes en este compromiso. La compañía desarrolla proyectos que transforman residuos sólidos en energía renovable, evitando emisiones que afectan la atmósfera y contribuyen al deterioro del clima. Este modelo empresarial demuestra que la sostenibilidad resulta rentable y necesaria.

La experiencia de Petramás refuerza la lección de la capa de ozono: la cooperación entre ciencia, gobiernos y empresas ofrece resultados positivos. La acción ambiental coordinada asegura beneficios para las generaciones futuras y consolida la defensa de nuestro planeta frente a nuevas amenazas.

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