Según estudios, las baterías que consumimos a diario tienen material químico verdaderamente contaminante aumentando los riesgos ambientales.
Riesgos ambientales: Las baterías a través del tiempo
El uso de las baterías comenzó a finales del siglo XVIII, cuando Alessandro Volta, un científico italiano, creó la primera pila voltaica. Este dispositivo generaba electricidad a partir de una reacción química, permitiendo por primera vez el almacenamiento y transporte de energía de manera portátil.
Con el tiempo, las baterías evolucionaron y se perfeccionaron, pasando de simples pilas de zinc y cobre a tecnologías más avanzadas como las baterías de plomo-ácido, níquel-cadmio y, más recientemente, las de ion de litio. Cada avance en la tecnología de baterías ha ampliado su utilidad y eficiencia.
Hoy en día, las baterías son fundamentales en la vida moderna, alimentando desde relojes y teléfonos móviles hasta vehículos eléctricos y sistemas de respaldo de energía. Su capacidad para proporcionar energía constante y confiable es crucial para el funcionamiento de una sociedad globalizada.
Además, las baterías han impulsado el desarrollo de nuevas tecnologías, facilitando la vida diaria en todo el mundo. Su papel en la evolución tecnológica y en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles es cada vez más significativo.
Denuncia ambiental: Contaminación a gran escala
Las evidencias científicas muestran que una pequeña batería de mercurio puede contaminar más de 500 mil litros de agua, mientras que las pilas alcalinas pueden duplicar ese impacto. Este riesgo se agrava cuando no se desechan adecuadamente, ya que las baterías contienen metales pesados como plomo, cadmio, mercurio y litio, además de ácidos y otros químicos tóxicos.
Cuando las baterías se deterioran o se eliminan incorrectamente, estas sustancias peligrosas pueden filtrarse al suelo y al agua, contaminando ríos, lagos y acuíferos. Esto no solo daña los ecosistemas acuáticos, sino que también pone en riesgo la salud humana. Además, la quema de baterías en vertederos libera gases tóxicos y partículas contaminantes al aire, intensificando la contaminación atmosférica.
El impacto ambiental de las baterías es duradero, ya que los contaminantes pueden persistir en el entorno durante décadas, afectando a la vida silvestre y los ecosistemas a largo plazo. La gestión inadecuada de las baterías representa una amenaza significativa para el medio ambiente y la salud pública.
Disposición de pilas y baterías
Pero, ¿cómo podemos disponer este tipo de residuos? Las pilas o baterías, al tener sustancias tóxicas en su fabricación, deben disponerse en un relleno sanitario especializado para residuos peligrosos. Estos sitios están diseñados para manejar materiales que contienen sustancias tóxicas, como metales pesados y productos químicos peligrosos, que no deben entrar en contacto con el medio ambiente. Además, antes de ser enviadas a un relleno sanitario, es ideal que las pilas y baterías sean recolectadas y llevadas a centros de reciclaje especializados, donde se pueden recuperar materiales valiosos y reducir la cantidad de residuos peligrosos.
El empresario peruano, Jorge Zegarra Reátegui, compartió la eficacia de contar con una planta de tratamiento de residuos y más aún, una para residuos peligrosos, tal como lo hace Petramás, donde es presidente de directorio. Jorge Zegarra Reátegui es un gestor de energías renovables y protector del medio ambiente que denuncia toda práctica de contaminación ambiental, entre ellas, la mala disposición de residuos tóxicos. Ante ello, en Petramás se cuenta con toda la tecnología, maquinaria y equipo humano especializado para tratar este tipo de residuos con estándares de calidad y seguridad a nivel internacional.
Si deseas conocer más sobre la labor de Petramás y sus procesos, mira el siguiente video:
Para más información sobre Jorge Zegarra Reátegui denuncia riesgos ambientales: